Los lineamientos de los primeros cambios que están en estudio sobre los textos originales:
Impuestos Internos. El Gobierno sabe que la suerte de la reforma impositiva está casi cerrada y positivamente para los intereses del oficialismo. Casi no hay oposición a los cambios en Ganancias para empresas y la modificación de la ley penal tributaria. También la aplicación del IVA a ciertos servicios informáticos y la ampliación en la presión de Ganancias para particulares podría tener votos positivos. Pero donde aún no hay acuerdo es en la aplicación del impuesto interno a las gaseosas azucaradas, ya que contaría con la negativa de los legisladores de provincias mesopotámicas, Tucumán y Santiago del Estero.
Hasta el correntino oficialista Ricardo Colombi anunció que, al menos en particular, sus legisladores votarán en contra. La habilitación desde el oficialismo libera a que en el momento de votar en comisión o en el recinto se acepte la caída de este impuesto si ayuda al éxito final de la norma. El mismo análisis se aplica a la posibilidad de tomar el impuesto al cheque a cuenta de Ganancias.
La intención del Gobierno es limitar al máximo este beneficio, otorgándoselo únicamente a las empresas. Se sabe que en Diputados el massismo y parte del justicialismo presionarán para que la alternativa alcance también a los contribuyentes particulares. El macrismo no tendría problemas en admitirlo pero siempre y cuando la pérdida de recaudación se traslade a 2019.
Jubilaciones El Gobierno no negociará que la reforma jubilatoria pase por el cambio en la indexación anual eliminando la "movilidad" por el cálculo sobre la base del PBI, más un plus. La base del éxito del mecano fiscal armado por Dujovne se asienta en que los gastos previsionales bajen sustancialmente. Si además se tiene en cuenta que de los 130.000 millones de pesos que Dujovne debe reducir de déficit, unos 100.000 parten de la eliminación de la "movilidad", las posibilidades de negociación se limitan. Sin embargo hay margen para negociar el "plus" sobre el PBI. Se reconoce puertas adentro que el primer clima cosechado entre la oposición legislativa es de rechazo absoluto. Y que la idea de un 5% del crecimiento no fue tomada muy en serio por los senadores y legisladores de los partidos que necesariamente deben aportar votos. Los números son lapidarios. Si la Argentina creciera un 4% el próximo año, el aumento mensual por el "plus" sería de unos 20 pesos, lo que comparado con los casi 300 que perderán los jubilados si se aplicara la "movilidad", hacen imposible la comparación. Lo que hará el Gobierno es mejorar la oferta porcentual del "plus". Como máximo, se podría estirar hasta los 50 pesos (15% aproximadamente), lo que aún no garantizaría el indispensable aval opositor.