El impuesto que más incide es el IVA (16,8%), seguido por los impuestos a la Seguridad Social (9,4%), Impuesto a las Ganancias (7,7%), Ingresos Brutos (7,6%), Impuestos Internos (3,2%), Impuesto al Cheque (2,5%) e Impuestos Nacionales (1,3%).
"El impuesto más distorsivo de todos y el tercero en incidencia en el costo es el impuesto a los Ingresos Brutos, por eso se ha hablado mucho de la necesidad de sustituirlo por otro, pero si tenemos en cuenta que este tributo representa el 75% de los recursos provinciales, es difícil que se modifique en el corto plazo", comenta a El Cronista la economista Sofía Devalle, una de las autoras del informe.
La carga tributaria al momento de elaborar el informe anterior era de 49,74%. Se observa una leve disminución producto de la eliminación del Impuesto sobre la Distribución de Utilidades, que se dejó sin efecto en 2016 con la sanción de la ley 27.260 de reparación histórica para los jubilados y pensionados.
"El caso emblemático es el de las gaseosas, puesto que están gravadas con impuestos internos a una tasa del 8%, mientras que las aguas minerales, saborizadas y jugos están gravados al 4%. Esto es porque el legislador persiguió un fin extrafiscal, incentivando a que el consumidor se vuelque a las bebidas más saludables", afirma Devalle.
El caso de las gaseosas no es la excepción dentro de lo que ocurre con el costo impositivo incluido en la venta al público del resto de los productos alimenticios, que en promedio varía entre un 38,8% (para los productos gravados con IVA al 10,5%) y un 44,1% (para los productos gravados con IVA al 21%), relevado por un informe de la misma entidad. Al respecto, Devalle explica que el incremental de las gaseosas respecto al resto de los productos gravados al 21% se explica principalmente por los impuestos internos.
Cronista.com.
