"Es el peor momento de la industria automotriz en mucho tiempo. Lo peor es que no está claro qué tenemos hacia adelante", resumió Leonardo Almada, vocero de la delegación cordobesa del Sindicato de Mecánicos y Afines del Transporte Automotor (Smata), al repasar la situación de las plantas instaladas en esta provincia.
Todas las inversiones anunciadas -la de US$ 500 millones del grupo Fiat Chrysler (FCA) y la de US$ 600 millones de la alianza Renault-Nissan- recién comenzarán a producir avanzado el segundo semestre de 2017. Mientras tanto, la caída del mercado brasileño, destino de entre el 50 y el 60% de la producción de estas automotrices, mantiene en jaque a los cronogramas laborales en la Argentina.
Fuentes de Volkswagen confirmaron a La Nación que en la línea MQ200 -que produce cajas de velocidad para Brasil- las suspensiones seguirán al menos hasta fin de año. El programa original era dejar sin trabajar a entre 300 y 400 operarios los lunes y los viernes. Pero por el cierre de sus plantas en Brasil por tres semanas de vacaciones anticipadas, los viernes de octubre se acumularán en setiembre, aunque la MQ250 siga produciéndose de manera normal para otros destinos como México, España, Sudáfrica, Eslovaquia y China.
En el caso de Renault, voceros de la empresa señalaron que sus exportaciones este año bajarán alrededor de un 70% por el derrumbe del mercado brasileño. "No quedan más opciones que reorganizar la producción y pasar a un solo turno", agregaron. Por esta razón, desde octubre, en Santa Isabel se producirán 231 unidades diarias en vez de las 345 que se están fabricando ahora. Trabajan allí 1400 operarios.
El caso de Fiat es emblemático: lleva más de un año con suspensiones, al menos, de un día a la semana. Este esquema, además, fue profundizándose con el paso de los meses y el empeoramiento del mercado brasileño. Hace unas semanas el CEO de Fiat Chrysler Automobile (FCA) Argentina, Cristiano Rattazzi, señaló que "hasta fin de año no hay chances de mejorar". "Brasil nos está matando", dijo preocupado.
La planta cordobesa producirá siete días hasta octubre y, hasta fin de año, el panorama es igual de crítico, entre 20 y 22 jornadas de trabajo con un volumen diario que ronda los 320 autos.
Pero no sólo las plantas instaladas en Córdoba están complicadas. Ford suspendió personal hasta fin de año. La medida alcanza a unos 300 operarios de la planta bonaerense de General Pacheco, donde está vigente un plan de retiros voluntarios y una reorganización del esquema de producción.
El derrumbe de la actividad en las automotrices golpea además a las metalmecánicas proveedoras, que también registran suspensiones importantes.
Y los problemas aumentan porque hay empresas que discontinúan la producción de algunos modelos, como sucederá desde este mes con Renault y el Clío.
La excepción parece ser el grupo PSA (Peugeot y Citroën), que trabaja nueve horas diarias de lunes a viernes y, según señalaron en la empresa, no tiene previsto cambios en ese régimen para los próximos meses.
Gracias a los "brotes verdes" que aporta el campo, la fábrica de tractores y cosechadoras que CNH tiene en esta provincia está trabajando a pleno y, según Smata, hasta absorbiendo "algo de gente" cesante de otras plantas. Del mismo modo, la planta de Toyota, ubicada en Zárate, mantiene en ritmo la producción, liderada por la pick-up Hilux.
