Asia seguirá siendo el principal motor del crecimiento, aunque a un ritmo menor del esperado, lo cual exigirá "una mayor resistencia" de los emergentes, dijo Lagarde.
La desaceleración de China, segunda economía mundial, afectó al crecimiento global e impactó en la actividad y en las monedas de países emergentes como Indonesia y Brasil. Los problemas se vieron acrecentados por la reciente crisis bursátil china y por la devaluación del yuan.
Lagarde aseguró que la ralentización china es moderada y prevista, pero reconoció que la transición de este país de economía centralizada a una economía de mercado es "compleja y puede ser algo accidentada".
"Otras economías emergentes, incluyendo la de Indonesia, tienen que mantener su vigilancia para evitar posibles efectos indeseables de la desaceleración china y reforzar sus situaciones financieras", subrayó la directora del FMI.