Economía Las prácticas corruptas

Grecia tiene una economía sumergida equivalente a más del 25% de su PIB

El fraude lleva años y no tiene complejos: se declaran 324 piscinas sobre 16.974 en el norte de Atenas. Algunos cifraron en 200.000 millones de euros la cantidad de dinero que se fugó del país desde que estalló la crisis en 2010.
Desde la crisis del 2010, el fisco griego confiscó 555 no declarados.
Foto: Desde la crisis del 2010, el fisco griego confiscó 555 no declarados.
Como en tantas otras ocasiones, la historia, trescientos años bajo el imperio otomano, sirve para entender los comportamientos de nuestras sociedades contemporáneas. Y en el caso de Grecia hablamos de trescientos años de prácticas corruptas. El fakelaki (o pequeño sobre) para conseguir un favor de un funcionario o una menor factura fiscal siguen al orden día en este país con apenas once millones de habitantes y 768.000 funcionarios en 2010 ?antes de los despidos impuestos por la troika?. Un sector público sobredimensionado y clientelar y miles de historias sobre el despilfarro, la malversación y la evasión fiscal.

Ejemplo: según los servicios de Hacienda 324 familias de los barrios ricos del norte de Atenas pagan el preceptivo impuesto sobre sus piscinas privadas. Según las fotografías de los satélites en dichos barrios existen 16.974 piscinas. A priori, el griego rico no es un entusiasta de los impuestos. Ni se paga ni se controla. Así que contactaron con ingenieros para que les instalaran carpas de camuflaje como las que disimulan los carros de combate.

El fraude se extiende por toda la sociedad y no respeta ni a los muertos. En 2010, ascendían a 321 el número de centenarios muertos que seguían cobrando, mensualmente, su pensión correspondiente. Por un muerto, cinco, seis o siete familiares cómplices del fraude.
En Grecia, país pobre, hay muchos ricos y son noticia diaria los propietarios de Porsche Cayenne que declaran ingresos anuales de entre 10.000 o 20.000 euros. Los inspectores de Hacienda recorren los barrios ricos y apuntan las matrículas de los coches de más de cien mil?euros.

Cuando cruzan la identidad del propietario con su declaración del IRPF es frecuente que la cantidad declarada sea inferior a los 20.000 euros. Seis mil propietarios de cochazos declararon una media de 10.000 euros anuales. Vienen luego las preguntas, las respuestas ingeniosas y los intentos de fakelaki. A los médicos tampoco les gusta pagar impuestos: un total de seis mil son evasores fiscales. La lucha contra el fraude fiscal depara alguna joya tributaria como un dentista con treinta millones en sus cuentas bancarias. Algunos expertos han cifrado en 200.000 millones de euros la cantidad de dinero que se ha fugado del país desde que estalló la crisis a principios del 2010. Más que la deuda externa de 175.000 millones.

Ahora bien, nuestra condición de españoles debería moderar nuestra indignación ante tan escasa conciencia fiscal. En España llegamos a acumular el 40% de los billetes de 500 euros en circulación en la zona euro. En Grecia, como aquí, asalariados y pensionistas son transparentes al fisco. No pueden ocultar nada. El deporte de defraudar sin vergüenza lo practican las profesiones liberales, médicos, ingenieros, abogados y el primordial sector turístico. Ahí se esconde una economía sumergida que algunos cifran en el 30% del PIB.

Bajo el imperio de la troika, Atenas ha reconocido que pierde cada año 15.000 millones de euros de recaudación. Desde 2010, se ha avanzado relativamente en el descubrimiento del fraude. Se han confiscado 555 yates que no habían sido declarados y siempre en el terreno de las mansiones bien acondicionadas se han localizado 1.208 piscinas más. Fuente: (La Vanguardia).-
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