Economía Para “influenciar”

Los fondos buitre llevan gastados más de 5 millones de dólares en lobby sobre funcionarios norteamericanos

Por segundo año consecutivo, los fondos buitre que hacen juicio en Estados Unidos contra la Argentina por deuda pública en default gastaron más de un millón de dólares en lobby sobre funcionarios norteamericanos.
Con esto llevan sumados por ese concepto más de 5,6 millones
de dólares desde 2007.
Según consta en el sitio web del Center for Responsive
Politics, durante 2014, la organización American Task Force
Argentina (ATFA), principalmente financiada por el fondo buitre
Elliott Management, del magnate Paul Singer, invirtió 1.060.000 de
dólares en este tipo de tareas destinadas a influir sobre
legisladores y funcionarios del Ejecutivo estadounidense.
Un año antes, los fondos buitre dedicaron al lobby 1.010.000 de
dólares, mientras que en 2012 gastaron 955.000 y en 2011 -año en
el que dieron un salto en la inversión- 920.000.
La información pública reconstruida a través de los registros
que quienes llevan adelante acciones de lobby deben dar a conocer
sigue hasta 2007, cuando ATFA gastó 120.000 dólares; cifra que
llevó hasta 350.000 en 2008, 510.000 en 2009 y subió hasta 740.000
en 2010 -lo que totaliza 5.665.000-.
¿A qué se dedicaron los más de un millón de dólares en 2014? A
los honorarios de seis compañías que hacen "cabildeo": envían a
sus mejores hombres y mujeres a reunirse con los funcionarios y
tratar de que actúen de determinada manera.
Así, entre ese conjunto de empresas, la firma Raben Group,
encabezada por Robert Raben, un exfuncionario de la administración
de Bill Clinton, y quien, casualmente, es el director ejecutivo de
ATFA, recibió este año 270 mil dólares.
Según la información que consta en los registros publicados,
estas empresas pusieron a trabajar en total a catorce personas a
defender los intereses de los fondos buitre en los pasillos de los
principales edificios públicos del poder en Washington.
De ellos, sólo dos no fueron en algún otro momento funcionarios
de alguna administración norteamericana, con lo que son
representantes de lo que los estadounidenses llaman la "puerta
giratoria" que lleva de la política a los negocios privados.
Uno, Connie Mack IV, fue hasta hace poco diputado republicano
y, de hecho, presentó varios proyectos contra la Argentina que -
incluso- fueron dados a conocer aquí por medios de prensa locales.
En el sitio del Center for Responsive Politics, cualquiera que
lo desee puede ver que estos lobbystas se presentaron durante este
año ante integrantes de las dos cámaras del Congreso
norteamericano, así como la Casa Blanca, y los departamentos de
Estado, del Tesoro y de Justicia para hacer planteos a favor de
los fondos buitre.
No deja de llamar la atención que esta acción sobre los poderes
Ejecutivo y Legislativo tenga lugar cuando, de lo que
permanentemente se habla es de lo que ocurre al interior del Poder
Judicial con el pleito que llevan adelante los fondos buitre.
La gestión de la presidenta Cristina Kirchner viene denunciando
que la acción que ejercen estos fondos de inversión no se da sólo
en el terreno legal ni involucra apenas a la Justicia, sino que se
trata de una cuestión donde el Estado norteamericano tiene
injerencia como un todo.
Más allá de las interpretaciones, una cosa que es cierta es que
existen numerosos vínculos entre estos lobbistas de los fondos
buitre, el sistema político norteamericano en general y su actual
gobierno en particular.
La presidenta Cristina Kirchner hizo un reclamo en su momento a
su par Barack Obama porque en 2012 había nombrado en un cargo
público a una de las personas que integra ATFA, la embajadora
Nancy Soderberg.
A su vez, el lobbista Raben es presentado permanentemente en la
prensa norteamericana como "amigo" personal del actual secretario
de Justicia de Obama, Eric Holder Jr.
Da la casualidad que, según los registros del Center for
Responsive Politics, Raben personalmente ha hecho lobby ante el
Departamento de Justicia a favor de los fondos buitre.
Esta semana, sin ir más lejos, el diario The Washington Post
publicó una nota en la que señaló que Raben asesora a una gran
cantidad de funcionarios nominados por Obama a distintos puestos -
entre ellos jueces federales- durante el proceso legal en el que
se requiere la aprobación de esos nombramientos en el Congreso.
El mismo diario relató hace poco que Raben hizo una fiesta en
su casa a la que invitó a la flamante nominada por Obama para
reemplazar a su secretario Holder, la hasta el momento fiscal
general de Nueva York, Loretta Lynch.
Pasado en limpio, el magnate Singer paga centenares de miles de
dólares al año en honorarios de demócratas amigos de la
administración Obama para hacer lobby ante ella.
Del lado del Partido Republicano, que resulta clave ante el
Congreso, el banquero no tiene demasiados problemas: en 2014 fue
la tercera persona que más gastó en financiar candidatos para las
elecciones legislativas que tuvieron lugar este año.
Así, dedicó 9.433.534 -es cierto, bastante menos que los más de
23 millones de dólares que sacó de su bolsillo el exalcalde de
Nueva York Michael Bloomberg y los más de 73 millones de dólares
invertidos por el financista Thomas Steyer- en pos de ubicar
legisladores republicanos en el Congreso.
NA.
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