Economía Combustibles

La caída en las ventas golpea la rentabilidad de las estaciones de servicio

Entre mediados del año pasado y éste, el incremento aplicado por las petroleras en el precio de los combustibles ronda el 50%. Pero las ventas cayeron, lo que golpea la caja de las estaciones de servicio.
La inflación, la menor actividad económica y el aumento de los diversos costos, sumados a una difícil competencia contra las grandes petroleras, están poniendo en riesgo la actividad de los expendedores minoristas de combustible. "Preocupante", "difícil", "rentabilidad" son algunas de las palabras que se repiten entre los representantes del sector sobre el presente de las estaciones de servicio. A este escenario, además, se le sumó la nueva Ley de Abastecimiento que generó aún más incertidumbre.
Entre mediados del año pasado y éste, el incremento aplicado por las petroleras en el precio de los combustibles ronda el 50%. Según datos aportados por la consultora Investigaciones Económicas Sectoriales (IES) en el acumulado de enero a agosto de 2014, las ventas se redujeron un 2,3% en comparación con igual período del año pasado, lo que adjudica "al contexto recesivo y la inflación". Pero según representantes del sector privado, el menor consumo llegaría al 10% en los principales centros urbanos, y en el interior sería en algunos casos de hasta un 30%. Si además tenemos en cuenta el crecimiento del parque automotor, el resultado es que el sector atraviesa su momento más delicado al menos en los últimos siete años.
"Nuestros márgenes actuales de rentabilidad se han visto muy perjudicados por la gran incidencia de la inflación en los elevados costos de explotación, impuestos, salarios, seguros ambientales, resoluciones de la Secretaría de Energía etc., además de la pérdida de venta por los elevados precios del combustible, tornan mínimo el margen de rentabilidad", comenta Rosario Sica, la líder de los estacioneros agrupados en FECRA.
Producto de la suba de precios, que derivó en un menor volumen de ventas, los elevados costos (cargas impositivas, salarios, seguros, etc., los márgenes de ganancia están seriamente perjudicados y según los estacioneros se ubican en entre el 8% y el 9%. Este proceso de reducción de la rentabilidad comenzó, según los privados, en los años 90, y provocó el cierre de cerca de 3.000 bocas de expendio, lo que implica más de 40.000 puestos de trabajo perdidos entre directos e indirectos. Actualmente, según datos de la Secretaría de Energía, existen cerca de 5.000 estaciones en todo el país.
Un síntoma de esto se refleja en que difícilmente quien vaya hoy a cargar combustible en Capital Federal encuentre una estación de servicio en la que no deba hacer fila. Es otra consecuencia del menor margen de ganancia, ya que los terrenos fueron paulatinamente derivados al negocio inmobiliario, que hoy ofrece mayor rentabilidad.


El rol de YPF
En el escenario donde juegan los expendedores de combustible, un factor clave fue la estatización de YPF, que según el informe de IES tiene casi el 60% del mercado. La decisión del Gobierno de quedarse con el 51% de las acciones, que hasta 2012 estaba en manos de la española Repsol, modificó la política de precios congelados impuesta por el entonces secretario de Comercio, Guillermo Moreno, y comenzó una etapa de subas escalonadas. En el sector algunos ya hablan de una nafta súper a fin de año cerca de $ 20. "Si consideramos que debido al gran esfuerzo de su presidente (Miguel Galuccio), revirtiendo el declino de producción, y de su estado financiero transitorio, acompañado por una legislación nacional que otorgue nuevamente credibilidad al país, el futuro a largo plazo debe ser altamente promisorio", opina Sica.
Desde hace años existe una diferencia notable entre los precios del combustible en la Capital Federal y el GBA y los del interior del país, donde tienen mayor impacto los costos de traslado. Sin embargo, en el último tiempo, en especial desde la estatización de YPF, esa brecha se fue acortando. "En la Capital están más baratos por ser uno de los rubros que se toma para determinar el índice inflacionario", sostiene Sica.
Respecto de la política encarada desde la nacionalización de YPF, Marcos Rebasa, del Instituto Energético Scalabrini Ortiz, sostiene que la empresa "se financia con la venta de naftas y por eso ha incrementado los precios". "Desde el punto de vista empresario no hay crítica a eso. Mientras YPF no tenga ingresos por otras vías se financia de esa forma", agrega. Pero sostiene que "la tendencia a incrementar los precios tiene que estar en conjunto con una política general". "No se puede controlar el valor de los alimentos y disparar el de la nafta. Había un criterio hasta hace poco que ponía un límite; si eso se rompe, empieza a flaquear una política destinada para que ese precio no incida en la inflación", dice. Es por esto que para el especialista más que estimar cuál debería ser el valor del combustible, lo que se requiere es "una dinámica" con el resto de la gestión económica.
Por su parte, el economista Daniel Montamat, exsecretario de Energía de la Nación y exdirector de YPF, los precios de las naftas "se han ido actualizando por inflación y por devaluación y hoy están, sobre todo las premium, por debajo de la paridad de importación, pero casi siguiendo referencias internacionales". "Hay estaciones que son de sus respectivos propietarios y que van a seguir quejándose de los bajos márgenes que tienen para afrontar el aumento de costos (...) van a tener problemas de rentabilidad salvo que estén en una zona donde tengan ventas que compensen los costos", afirma. Además, vincula la menor demanda de combustibles con "el parate económico".
Fuentes de las petroleras comentaron en off the record a Ámbito Biz que el "sinceramiento de precios" mejoró su rentabilidad con respecto a los últimos dos años. Además, señalan que si bien registraron meses de menores ventas, sobre todo en el sector industrial, se percibe cierta recuperación.
Sobre la política del Gobierno hacia el sector, la titular de FECRA señala que "no es positiva porque la gran inflación, que al tener entre otras consecuencias una importante incidencia en los precios, quita poder adquisitivo al consumidor cuya consecuencia inmediata se refleja en menos ventas, que especialmente en el interior del país ha llegado en algunas provincias hasta un 30%, especialmente en aquellas en las cuales la crisis económico-financiera ha perjudicado ostensiblemente la actividad del campo, la industria y del comercio". Y afirma que "se necesita urgente un plan energético estructural a nivel nacional, respaldado por leyes que otorguen seguridad jurídica a los capitales de alto riesgo que vengan a invertir".

Regulaciones
Otro punto que remarcan los privados es la necesidad de establecer un marco regulatorio para la actividad minorista, ya que para los expendedores es cada vez más difícil competir con las petroleras, que al tener estaciones de servicio propias son proveedores y competidores al mismo tiempo. Para algunos miembros del sector, quienes no disimulan su falta de simpatía hacia las empresas, esto debería estar prohibido.
"Algunos piensan que se podría haber desarrollado un mercado minorista como tienen las empresas privadas del sector eléctrico, donde una cosa es la producción y otra la comercialización, en el esquema de los 90 funcionaba, el que produce no distribuye, es un tema para debatir, tiene sus bemoles, yo no lo asumo, hay que ver quién se beneficia", argumenta Rebasa. Y agrega: "En este momento en que se necesita el autoabastecimiento, sacarle a YPF las estaciones sería contraproducente; lo que sí podría haber son regulaciones más intensas respecto de los márgenes para que la industria funcione".
En sintonía, Montamat opina que una regulación de ese tipo "es discutible, pero es muy difícil llevarla a la práctica en este momento cuando YPF es el principal responsable del mercado de comercialización; hay argumentos a favor y en contra, lo veo muy difícil".
Desde las grandes petroleras ponen también en duda la viabilidad de esta idea de los estacioneros.


Producción
Otro tema central para el sector es la producción de combustibles que pese a cierta mejora, aún continúa insuficiente de cara a lograr el autoabastecimiento, lo que además impacta en las arcas oficiales debido a la necesidad de importación para cubrir la demanda. En esto también juega un rol clave el precio del crudo que se ubica cerca de u$s 80 el barril.
Para Montamat si sigue disminuyendo "se va a dar la contradicción que en un país con alta inflación y con problemas cambiarios va a convenir importar petróleo y derivados porque vas a tener precios internos por encima de las paridades de referencia internacional". Y opina que "con los costos siguiendo el dólar paralelo es difícil que vengan inversiones, si no hay un contexto de reglas de juego energéticas".
En tanto Rebasa asegura que "la única que está invirtiendo es YPF, el resto de las empresas privadas no está haciendo inversión, por eso la producción es negativa". "Si continúa la baja del crudo va a incidir en la decisión de invertir, pero en estos niveles no", remata. Defiende para esto la nueva Ley de Hidrocarburos -que cuenta con media sanción del Senado- y sostiene la necesidad de que la Nación retome protagonismo en lo que se refiere al control de la producción. Además señala que un tema que requiere mayor debate dentro de la iniciativa es la fijación de la renta, cuestión que para Rebasa no desalienta la inversión sino todo lo contrario.
Los datos aportados por IES indican que en lo que va del año se importaron combustibles por u$s 8.272 millones, mientras que se exportaron u$s 3.285 millones. La balanza comercial arroja un saldo negativo de u$s u$s 4.987 millones.
En general, los estacioneros ven un horizonte complicado para su sector, pero confían en que con políticas acertadas, sobre todo en lo que respecta a incentivar la inversión para aumentar la producción y disminuir la importación de combustible, la situación puede corregirse. "Esperemos que la confianza a través de la seguridad jurídica atraiga capitales para explorar y explotar la valiosísima riqueza energética que permanece en nuestra tierra y mar, para que esos miles de millones de dólares que despilfarramos importando energía, lo utilicemos en seguridad, escuelas, hospitales, industrias, vivienda digna, etc. Allí está la esperanza y el desafío de nuestro futuro", remarca Sica.
Mientras que para Montamat, "el sector minorista, si se mantienen estos lineamientos, si YPF sigue actualizando los precios, va a haber complicaciones cuando la estación de servicio es de propietario independiente", pero cree que "habrá un mejor panorama del que tenían años atrás, todo esto sujeto a una eventual recomposición del valor del dólar y ahí los términos relativos van a cambiar. "Vamos a ver si se pueden ajustar los combustibles, y qué ajustes signifiquen al bolsillo, cuánto se va a profundizar la recesión y la inflación", concluye.
Fuente: Ámbito Financiero
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