A mediados de año las empresas habían determinado una suba del 4% en los valores de sus productos sin el consentimiento oficial, y la Secretaría de Comercio Interior, a cargo de Augusto Costa, las obligó a retrotraer sus precios al 7 de mayo pasado. Esto, incluso, generó presentaciones en la Justicia por parte de los laboratorios, que luego quedaron en la nada.
Tras algunos meses de paz social, las farmacéuticas ya comenzaron a retomar las conversaciones para intentar que el Gobierno apruebe un retoque en los precios.
Según admitieron a El Cronista algunos de los referentes del mercado, la posibilidad de que podamos subir los valores existe, aunque hasta que no tengamos algo firmado preferimos no hacernos grandes ilusiones.
Entre los objetivos de los empresarios y la realidad que, entienden, les tocará vivir, las diferencias son grandes.
Si nos pusiéramos a plantear cuál sería nuestra necesidad, no se puede hablar de un incremento menor al 20%; pero sabemos que estaremos muy lejos de eso, afirmó uno de los referentes del mercado.
Las conversaciones entre el sector y la Superintendencia de Servicios de Salud (SSS) se llevan a cabo en forma separada entre el Gobierno y las diferentes cámaras (Cilfa y Cooperala que agrupan a los laboratorios nacionales, Caeme a los extranjeros).
Las fuentes consultadas sostuvieron que todavía no se habló de números precisos, sino de la necesidad de aplicar subas de precios. Los empresarios del sector se quejan por la disparidad que existe entre los sobre costos que ellos deben afrontar, como las mejoras salariales a los trabajadores de los laboratorios y los agentes de propaganda médica, que lograron una recomposición que promedia el 30 por ciento.
Cuando la industria en general decidió a mediados de año subir los precios, el enojo del Gobierno no se hizo esperar.
Costa recordó que en mayo pasado se habían registrado subas desproporcionadas e injustificadas en los precios, y que lamentablemente los laboratorios decidieron romper el esquema que se había establecido en marzo, de seguimiento de los valores en conjunto con la Secretaría de Comercio.
Incluso, sostuvo la importancia de realizar un monitoreo sobre el sector de modo que los precios realmente sean accesibles y les permita a los laboratorios trabajar con una rentabilidad razonable.
Por lo bajo, en el sector dicen no entender qué se intenta afirmar cuando se habla de rentabilidad razonable.
Desde hace años nuestros índices de ganancias se ubican por debajo de los dos dígitos, pero desde el Gobierno se empeñan en decir que tenemos altos niveles de rentabilidad, afirmó uno de los empresarios consultados.