En la habitual conferencia de prensa, en la Casa de Gobierno, explicó: el índice de precios al consumidor ha tenido una línea descendente desde enero a la fecha y advirtió que en forma sistemática desde usinas opositoras tenemos ataques respecto al índice, y la verdad es que se pretende comparar un índice que tiene 230.000 mediciones por mes, con un índice del Congreso, que surge del Congreso, de supuestas consultas que miden 100 productos en un área determinada.
El llamado índice-Congreso no tiene ningún tipo de consistencia metodológica y muchos medios de comunicación le dan la misma jerarquía y entidad a un índice trucho, de carácter opositor, mamarracho desde el punto de vista metodológico, la misma proporción y jerarquía que un índice de precios al consumidor que tiene todas las características de lograr un sistema de carácter federal con un sistema de 6 canastas, de 230.000 mediciones, de 160 encuestadores, que obviamente pondera la multiplicidad de productos que integran esa canasta. La verdad es que no tiene ningún asidero.
Explicó, además, que la evolución del nivel de ventas se da en distintos niveles y rubros correspondientes. Lo que hemos observado es que en el primer semestre del 2014 hemos tenido reducción o una línea descendente en la reducción del índice de precios al consumidor, un mejoramiento en las condiciones de negociación salarial en paritarias, con un impacto real del 1,9% positivo; que ese mayor aumento del poder de compra puede tener un impacto favorable desde el punto de vista de las perspectivas de consumo del segundo semestre, y obviamente el nivel de ventas o de comercialización de distintos bienes por parte de los supermercados tiene que darse también con la posición en materia de precios.
Hemos tenido una expansión del nivel de productos asociados a precios cuidados, a la cadena de vinculación entre proveedores y consumidores, y en realidad los estímulos de venta, independientemente de las condiciones macroeconómicas, deben también darse por el esfuerzo de los supermercadistas, agregó.
Capitanich repitió que la Organización Mundial del Comercio destaca que en los últimos 20 años el comercio internacional evoluciona en torno al 4,7%, la cifra más baja en los últimos 20 años, era el 5,3% en promedio de los últimos 20 años.
Esto significa por ejemplo que Brasil tiene alta dependencia del mercado de China, del mercado de la Unión Europea, del mercado de Estados Unidos; si estos mercados, que son sustantivos, tienen una reducción de los niveles de su demanda externa, o sea de las ventas, automáticamente influyen en el menor influjo de divisas provenientes de las ventas externas. Entonces, si hay menor influjo de divisas provenientes de la demanda externa, impacta en los niveles de inversión y de consumo, y obviamente afecta a la República Argentina desde el punto de vista de su capacidad de comercialización de venta externa y también de ingreso de divisas, dijo.
