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Resurge el legendario Trueno Naranja: de estar olvidado a revivir glorias del automovilismo

Fue el único Sport Prototipo consagrado en la popular categoría. Se armó en un equipo de Chevrolet y nació de las tragedias de su clásico rival. El secreto de su color. Dónde se guarda esta joya
Después de tres décadas de olvido, el icónico Trueno Naranja, un Sport Prototipo único que se consagró en Turismo Carretera (TC), ha sido restaurado y vuelve a capturar la atención de los aficionados al automovilismo. Este vehículo no solo cambió el curso del TC en 1968 bajo la conducción de Carlos Alberto Pairetti, sino que también marcó el inicio de una nueva categoría en el deporte.

"Viajó del futuro", comentó Pairetti sobre el diseño aerodinámico avanzado del vehículo, que le permitió dominar la competencia y superar a los poderosos Torino en su época. Pedro Campo, uno de los diseñadores originales del Trueno Naranja, reveló en una entrevista con Infobae que el automóvil fue concebido tras varios accidentes trágicos que afectaron a prototipos hermanos en el equipo de Ford. Este giro del destino permitió que Chevrolet tomara la delantera en la competición.
La elección del color naranja no fue casual. "Se debió a que a [Horacio]Steven le gustaban los McLaren y, además, porque el primer avión supersónico, el Bell X1, estaba pintado de color naranja. Hubo una asociación de velocidad con ese color, que era muy llamativo", explicó Campo. Esto contribuyó a que el coche no solo fuera funcional sino también un ícono visual en las pistas.
El Trueno Naranja estuvo guardado y casi olvidado hasta que, gracias a los esfuerzos de Eduardo Bouvier, antiguo piloto y amigo de Pairetti, el vehículo fue meticulosamente restaurado. La restauración culminó justamente a tiempo para una caravana histórica hacia Mar del Plata en 2011, evento que revivió el interés por esta joya del automovilismo argentino.
Hoy, el Trueno Naranja se encuentra en el Museo del TC, ubicado en el Autódromo Roberto José Mouras de La Plata, donde los visitantes pueden admirar de cerca este trozo de historia del automovilismo nacional. Según Pairetti, aunque condujo muchos autos extraordinarios, incluida una Ferrari en competencias internacionales, el Trueno Naranja siempre tendrá un lugar especial, no solo por los triunfos obtenidos sino por su revolucionaria contribución al deporte automotor argentino.
(Infobae)

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