Si bien el equipo de Falcioni -volvió a dirigir al equipo tras la internación- arrancó mejor pisado, Talleres poco a poco empezó a dominar el juego con Botta como principal argumento. Así fue cómo poco a poco el eterno Barovero empezó a transformarse en el hombre más importante del local.
En la segunda parte, más allá de aquella llegada postrera que salvó Herrera y alguna que otra aproximación aislada, fue todo de la T. Solo faltó la puntada final. Lo tuvieron Botta, Girotti -con una chilena- y Ruiz Rodríguez-. Sin embargo, la más clara la tuvo Adrián Martínez, que quedó mano a mano con Barovero y definió muy mal.