El delantero xeneize tiene contrato hasta junio y a partir de enero podría negociar con cualquier club para irse como jugador libre a mitad de año. El mediocampista atraviesa la misma situación y ambos equipos verían con buenos ojos una salida que no los deje con las manos vacías.
El cordobés de 25 años tiene además una suspensión de seis partidos por parte de la Conmebol a raíz del escándalo ocurrido en el Mineirao tras la eliminación de la Copa Libertadores frente a Atlético Mineiro. Es por esto que no podrá jugar en el certamen continental durante el primer semestre.
El futbolista había llegado a préstamo por un año de Cruz Azul a principios de 2020, pero pasado el receso por la pandemia la relación se rompió. El cortocircuito habría surgido por su negativa a permanecer en el club después de la cesión, más allá de que en un principio lo había aceptado.
La dirigencia tenía decidido hacer uso de la opción de compra, pero el conflicto con el jugador hizo caer la operación. La crisis se acrecentó cuando el futbolista fue separado del plantel: en los últimos meses se entrenó solo y no estuvo en la consideración para los partidos de los dirigidos por Miguel Ángel Russo.
