"Me han pasado muchísimas cosas en la vida y creo que de los errores he aprendido. Creo que no jugar esa final marcó mi vida, de pronto le podría haber dado una mano al equipo, uno se reprocha mucho. Cuando llegamos, me entero no soy titular y luego veo que ni aparezco en el banco", recordó el colombiano en diálogo con el periodista Federico Bulos.
A favor del Mellizo no era fácil contentar a todos. Ese día tenía sentado en el banco de suplentes futbolistas de la talla de Carlos Tevez, Fernando Gago, Wanchope Abila y Mauro Zárate pero el actual mediocampista de los Xolos de Tijuana hasta el día de hoy no entiende: "No hay un porqué, nunca lo hubo. Son cosas técnicas pero nunca me dio la razón. No fue por algo malo, fue una decisión del momento. A veces puede salir bien y a veces no, así es el fútbol".
"Creo que en ese tiempo previo a la final, bajé el nivel. No puedo meterme en la cabeza de Guillermo y pensar si estaba molesto conmigo. Yo lo único que hacía era trabajar, entrenar bien y esforzarme para poder estar en el equipo. Tal vez él no consideró que no estaba bien y tomó la decisión de no llevarme", agregó Edwin que ya sonó para regresar al Xeneize en el último mercado de pases y dejó bien en claro que su deseo es volver a ponerse la camiseta de Boca.