El equipo de Israel Damonte careció de ideas para buscar el juego mientras estuvo igualado, y luego no encontró respuestas para sobreponerse a la adversidad cuando el elenco colombiano logró ponerse en ventaja en el estadio Atanasio Girardot.
El primer golpe del Paisa, al cabo, resultó fundamental. Le inyectó energía al local el gol de Daniel Muñoz, momentos después de superar la primera media hora de juego. Y al equipo argentino lo derrumbó.
Huracán quedó desalineado ante un cambio de ritmo de Andrés Andrade y lo pagó con la primera caída de su valla.
En los diez minutos siguientes, el Globo prácticamente firmó su sentencia. Allí comenzó su debacle, ante un Atlético Nacional que se agrandó y capitalizó sus chances.
A los 36, Jefferson Duque tocó con llamativa facilidad por el centro del área, luego de un centro desde la derecha, el ala más frágil de Huracán, y puso el 2-0.
Cinco minutos después, Vladimir Hernández puso el 3-0 e incrementó la preocupación de los dirigidos por Damonte con vistas al complemento, período en el que tampoco llegó la reacción.
Huracán no pasó de algunas insinuaciones de Rodrigo Gómez. Los compañeros dejaron muy solo a Droopy, aislado, sin opciones de ataque, y esa situación congeló la ofensiva visitante.
Su acción más peligrosa, más allá de un cabezazo bien controlado por el arquero local, llegó recién cinco minutos antes de cumplirse el tiempo reglamentario, cuando Nicolás Cordero demoró una definición y se perdió el descuento.
Quien quiera buscar responsabilidades las podrá encontrar en Damonte por no acertar en la inclusión de algunos nombres ni en el planteo. Pero claro, la culpa no es solo suya. El mal momento de Huracán es anterior al inicio de su primer ciclo como entrenador.
En ese contexto, el conjunto de Parque Patricios deberá ir poco menos que por un milagro en la revancha, el 19 de este mes en el estadio Tomás Adolfo Ducó.
