Era previsible el Racing dominador. De hecho, el Tiburón desde que Perazzo tomó las riendas no apuesta a la presión sobre el balón. Sí a un tremendo esfuerzo colectivo en función de la resistencia y a una rápida respuesta vía contraataque. Esa es su receta, que la conocían Cocca y todos los jugadores de la Acadé.
¿Por qué fracasó Racing en su intento por ganar y quedar en zona de clasificación a la Libertadores? No tuvo la suficiente capacidad creativa, sin un elaborador de juego, déficit repetido. Los volantes suelen soltarse pero no con la efectividad en el último pase y Licha López estuvo por debajo de su profundidad habitual. Sí fue positivo el regreso al torneo local de Lautaro Martínez, con un gol y otras aproximaciones ganadas en base a su potencia, no tanto a paredes bien devueltas.
Por momentos Racing mereció la ventaja. No en el balance final, porque las contras de Aldosivi resultaron muy peligrosas vía la astucia de Medina (autor del 1 a 0 con un remate al palo de Orion). Es más, hubo dos chances claras para la victoria visitante, situaciones que en una medida comparativa fueron más riesgosas que las que dispuso Racing en el segundo tiempo.
Queda ratificada la urgencia de que Racing se potencie defensivamente en la próxima temporada, no sólo por la conocida necesidad de un arquero.
Hubo silbidos al final, una señal de que se dio un paso atrás y de la desilusión de los hinchas que se bancaron un frío fuerte en la noche.
Y también desde Avellaneda hay un aviso para Boca: que el Melli y compañía no se piensen que por la diferencia de calidad individual la misión en el Minella será sencilla en la próxima fecha. Aldosivi apenas está tres puntos por encima de la zona roja y tiene motivaciones para dejar todo ante el Xeneize.
