El partido se presentaba como una oportunidad ideal para que Lanús dejara atrás su andar irregular desde la reanudación de la temporada, donde sólo ganó un partido de seis disputados (cuatro derrotas y un empate) en el torneo local, mientras que en el certamen internacional ganó uno (3-1 a Chapecoense de visitante) y perdió otro (1-0 vs Nacional como local).
Almirón había amagado en la semana con poner de entrada una delantera de peso, con dos arietes de mil batallas como José Sand (36 años) y Germán Denis (35) más Lautaro Acosta. Finalmente, el DT optó por dejar en el banco al ex Independiente, mantuvo a Alejandro Silva en el tridente y decidió que el paraguayo Matias Rojas tuviera su debut como titular desde que llegó proveniente de Cerró Porteño.
Apenas cuatro minutos le bastaron al local para ponerse en ventaja, con una jugada marca registrada de Almiron. Un lúcido Sand metió metió una diagonal y devolvió de taco para la entrada de José Luis Gomez, que sacó el centro para que Acosta empuje la pelota. Lo que siguió fue un festival de fútbol del local, que generó una ocasión peligro tras otra.
Zulia, campeón del Clausura y la Copa Venezuela en 2016, apenas fue un partenaire que incomodó poco y nada, más por la descompensación de Lanús (fundamental Iván Marcone para cortar un par de contraataques) que por méritos propios. El 1-0 se quedaba corto ante ese contexto.
La calma llegó al minuto del complemento, Sand no perdonó al minuto del complemento. El nueve se encontró con la pelota servida y el arco a disposición para empalmarla de lleno con el botín derecho contra el palo del veterano Renny Vega. Asegurada la victoria, Almirón resguardó a Sand, la figura, y mandó a la cancha a Denis, que en una de sus primeras intervenciones fue derribado dentro del área por Henry Palomino y convirtió el tercer gol, de penal. Por ahora, ver a la delantera de los 71 años deberá esperar. Mientras tanto, sacian su hambre de gol por separado.
El gol del Tanque hundió a los venezolanos, a esa altura entregados definitivamente. Si no preguntarle a Alejandro Silva, que gambeteó jugadores como si fueran conos de entrenamiento para clavar un golazo. O hablar con Nicolas Pasquini, que recibió solo dentro del área y tuvo el tiempo suficiente para acomodarla de zurda. Ya, en boca de periodistas venezolanos que se acercaron a la Fortaleza, era una humillación.
En definitiva, fue una actuación que le cerró por todos lados a Lanús y Almirón. Recuperó las buenas sensaciones desde el juego, volvió al triunfo con una goleada y se consolidó como puntero del Grupo 7, con seis puntos. Una noche redonda que, por qué no, podría ser el punto de partida para que el Granate recupere la regularidad que lo convirtió en protagonista.
