"No era un partido fácil. Lo resolvimos bien porque fuimos muy inteligentes para saber el partido que teníamos que jugar", añadió el entrenador como argumento.
Al mismo tiempo que mostró su satisfacción y desahogo: "Nos quieren hacer creer que somos un desastre, pero no es así. Hoy fuimos consistentes y me voy conforme. Es una alegría".
Gallardo jugará ante Rosario Central su octava final como entrenador del Millonario y buscará volver a conducir a sus dirigidos a la Copa Libertadores de América.
