"Fue una payasada. Yo nunca me preocupé de un sorteo de árbitros, ni tampoco fui a uno. Tengo que tener la suficiente confianza con la gente que trabaja en la AFA", dijo el dirigente.
Además, agregó: "Fue una estupidez infantil, pero cada uno actúa como su conciencia lo dice. Cualquiera de los dos árbitros son profesionales y a Boca le daba lo mismo cualquiera de los dos".