El arranque fue de locos, como sería toda la tarde. En un terreno de juego tan complejo por la cantidad de agua acumulada, ponerse en ventaja era fundamental y el Cañonero lo logró.
En su primer avance, Joaquín Pontarelli desbordó por la banda derecha, sacó un centro ideal y Matías Zbrun cabeceó al fondo de la red para poner el 1-0 parcial.
Iban apenas 6 minutos y era el mejor escenario para el conjunto sunchalense. Claro, nadie se imaginaba lo que sucedería antes de los 15 minutos.
Primero, en un balón largo que no parecía llevar riesgo alguno, un yerro de Javier Felipe dejó a Lautaro Robles de cara al gol. Mano a mano y 1 a 1 en 8 minutos.
Y como si eso fuera poco, sobre el primer cuarto de hora, una caída de Francisco Oliver en la izquierda acabó con un potente zurdazo de Martín Udrizard que se transformó en el 2 a 1.
Fue todo lo que hizo ofensivamente el elenco entrerriano, aprovechar dos errores individuales de la defensa cañonera y sacar una ventaja inmerecida.
Después, la pelota fue del Tigre, que se instaló en el campo rival e intentó explotar la banda derecha con la presencia de Gudiño. Presionó mucho, pero le faltó decisión en el área.
No sería todo. Ya en el comienzo del complemento, error de González, desborde de Udrizard y 3 a 1 de Lautaro Robles, llamado a ser el gran verdugo de la jornada.
De todas maneras, el equipo de Tosello no bajó los brazos y en menos de 5 minutos tuvo dos un par de chances para descontar. Primero, lo perdió Zbrun, tocando por encima de Rougier.
Más tarde, el travesaño le negó el 2-3 a Pontarelli. Quien no perdonaría es Lautaro Robles. El delantero aprovechó los espacios y de contra puso el 4 a 1 que parecía sentenciar la historia.
El partido entró en una locura absoluta, a tal punto que Carlos Sánchez descontó rápido (2-4) con un furioso zurdazo. Acto seguido, Gudiño desperdició una clara ocasión con un cabezazo que se fue por encima del travesaño.
Jugado por jugado, el DT Tosello mandó a la cancha a Patricio Cucchi por Francisco Oliver y el local se paró con cuatro delanteros en una búsqueda desesperada por descontar.
En un esfuerzo enorme y con Gudiño desnivelando por la banda derecha, el Tigre encontró el 3-4 en la pierna derecha de Patricio Cucchi. Y Gudiño tuvo el empate en su botín izquierdo, pero Rougier tapó abajo y se quedó con lo que hubiera sido una hazaña.
Sobre el final se desató la polémica, cuando se jugaban 41 minutos del segundo tiempo, luego de un centro desde el costado derecho, Cucchi le ganó la espalda a Suárez y anotó el 4 a 4 parcial. Sin embargo, Guillermo González vio una supuesta falta del delantero rosarino, sancionó y anuló la conquista.
