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Fernando Cavenaghi fue ovacionado en su despedida del Apoel

Apenas ocho mese le llevó al Torito meterse en el corazón de los hinchas del Apoel, equipo de de Chipre, con el que recientemente rescindió su contrato para someterse a una operación en su rodilla derecha, y donde convirtió 23 goles.
Cavegol recibió distinciones y aplausos que lo emocionaron hasta las lágrimas.
Foto: Cavegol recibió distinciones y aplausos que lo emocionaron hasta las lágrimas.
Una vez que el árbitro uruguayo Darío Ubríaco dio por terminado la final de vuelta entre River y Tigres de México, por la última Copa Libertadores, Fernando Cavenaghi tenía bien claro que cerraba de la mejor manera una nueva etapa en el club de sus amores. Pero de lo que no estaba seguro, era qué le iba a preparar el futuro. Entre tantas opciones por elegir, el Torito decidió probar suerte con un destino que muy pocos hubieran elegido: el Apoel de Chipre. Y mal no le fue, ya que el delantero de 32 años logró convertir 23 tantos, entre torneo local y Europe League. Pudo seguir aumentando sus números pero una lesión le dijo que no.

Una rotura de meniscos en la rodilla derecha, obligó a Cavenaghi a concurrir al quirófano. La recuperación le iba a demandar un mínimo de cuatro meses de recuperación, y por tal motivo, la dirigencia del club de Chipre y el propio jugador llegaron al común acuerdo de finalizar el contrato (el cual vencía en junio del 2017). Los próximos pasos del goleador serán partir hacia Barcelona, España, para operarse y empezar con la recuperación para seguir con esa brillante carrera. Pero antes, decidió despedirse de la gente del Apoel.

En el entretiempo del encuentro entre Apoel y Apollon (terminó 1 a 1), Cavegol saltó al campo de juego por pedido de los hinchas y ahí empezó una despedida única. La dirigencia le entregó una remera firmada por todos lo integrantes del plantel y un distinción por su gran paso por el club. Luego observó a través de las pantallas gigantes de la cancha un video especial sobre las mejores conquistas del delantero. Poco a poco las lagrimas fueron apareciendo en su rostro, y el jugador se quebró de una vez cuando todo el estadio lo aplaudió. El Torito se metió al verde césped y devolvió gentilezas a todos los lados.

Sin lugar a dudas una emotiva despedida para un jugador que en tan poco tiempo, y a fuerza de muchos goles, se ganó el corazón de todos los hinchas del Apoel. Cavenaghi volvió a dejar su huella de la mejor manera, ahora apunta a recuperarse de la mejor forma para volver a las canchas lo más pronto posible. Nadie sabe cual será el próximo destino del Cavegol, pero lo que si sabe, es que en Chipre tuvo el mejor adiós.

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