Faltaban pocos días para el Masters de Shanghai de esa temporada y el cordobés se aprestaba a pasar unas vacaciones con sus amigos en el sur argentino. Pero llegó un llamado de la ATP, con la noticia de que el estadounidense Andy Roddick se bajaba del certamen y esa plaza era para él.
David dudó mucho. Ya había cambiado el chip del circuito por el de las vacaciones, no tenía entrenador y encima tenía que viajar hasta China. Pero lo convencieron y se presentó.
Por las numerosas bajas que hubo en el torneo (Marat Safin, Lleyton Hewitt, Rafael Nadal y Roddick, más la de Andre Agassi tras el primer partido), aquel Masters fue histórico para el tenis nacional porque hubo cuatro representantes: Guillermo Coria -único que formó parte de entrada-, Gastón Gaudio, Mariano Puerta y Nalbandian.
En la fase de grupos, el cordobés debutó contra Federer y pese al poco ritmo de competencia recién cayó en el tercer set (6-3, 2-6 y 6-4). Dos triunfos consecutivos frente a Coria (7-5 y 6-4) y al croata Ivan Ljubicic por un aplastante 6-2 y 6-2 lo depositaron en las semifinales.
A esa altura ya todos hablaban de la sorpresa de Nalbandian, y más aún después de eliminar en semis al ruso Nikolay Davydenko -primero de la otra zona- por 6-0 y 7-5. Así, el unquillense se transformaba en el primer argentino en llegar a una final de un Torneo de Maestros desde que Guillermo Vilas lo había hecho en 1974.
En el encuentro decisivo, del otro lado de la red estaba el número uno del mundo, Federer, quien en semifinales le había dado una paliza a Gastón Gaudio por un doble 6-0.
Los dos primeros sets tuvieron un nivel fantástico, pero ambos cayeron del lado del europeo por un ajustado 7-6. Dos sets abajo contra Federer y encima en apretados tie-breaks parecían una imposible de remontar. Pero David sacó de su raqueta el mejor tenis de su vida, se impuso 6-2 y 6-1 en el tercero y en el cuarto y se adelantó 4-0 en el quinto y definitivo.
Federer había llegado al encuentro decisivo con una impresionante racha de 24 finales ganadas en forma consecutiva, pero parecía que esta se le escapaba. Sin embargo, el suizo reaccionó, lo dio vuelta increíblemente y se colocó 6-5 arriba con su saque.
En ése game llegó a estar 30-0, pero el destino le tenía un guiño preparado al argentino, quien pudo recuperarse y se terminó quedando con una épica victoria por 6-7 (4-7), 6-7 (11-13), 6-2, 6-1 y 7-6 (7-3) en cuatro horas y 33 minutos.
Fuente: DEPORTV
