Paso a paso, así iban los jugadores de Nueva Zelanda dando la vuelta olímpica en el mítico estadio de Londres. Y en un momento, un flash: un chico corriendo hacia ellos y un hombre de seguridad que lo tackléo, sí, literalmente. Ahí, la reacción de Sonny Bill, que pidió que no le hagan nada a Charlie, lo abrazó, lo acompañó hasta donde estaba su madre y, por si fuera poco, ¡le regaló la medalla de oro! La cara de Lines desbordaba de alegría. Y la gente no hizo más que aplaudir y aplaudir el gesto del back neozelandés.
"Yo estaba dando la vuelta de honor con mis compañeros y vi que un niño venía agotado y fue atrapado por un miembro de seguridad, que lo abordó. Me dio lástima. Agarré al niño y lo llevé con su madre. Traté de hacer la noche más memorable para él. Mejor que la medalla cuelgue de su cuello que del mío. Estoy seguro de que se va a acordar siempre. La medalla no es todo. Me siento orgulloso y honrado de haberla ganado, pero me dije, ¿por qué no hacer posible una noche inolvidable a este niño. Su mamá estaba contenta. Llevaba una camiseta de los All Blacks y será tal vez él sea un futuro All Black", comentó Williams.
¿Entonces se quedó sin premio? No. "A World Rugby le gustaría que todos los ganadores se fueran a casa con una medalla, así que han rebuscado en la despensa y han encontrado la última", dijo Alex Payne, el presentador de la fiesta de cierre del Mundial, en donde a SBW le entregaron su merecida medalla. Y todos contentos.
