La idea surgió desde Biblioteca, a partir del cuento Mil grullas de Elsa Bornemann, y se amplió hacia el resto de las áreas del establecimiento, convirtiéndose en una tarea interdisciplinaria.
En declaraciones a Elonce TV, la bibliotecaria María Laura Gasaldi, contó que durante casi cinco meses construimos las mil grullas, que es una tradición japonesa que consiste en que si uno pide un deseo y hace las mil grullas el deseo se cumple. Entonces lo trasladamos a este árbol de navidad, donde hay unos círculos rojos, a manera de soplillos, donde están los deseos de cada grupo de la escuela del turno mañana y tarde.
El trabajo fue entre todos. Participaron alumnos, profesores, preceptores, y tenemos una satisfacción muy grande tras la finalización de un sueño de varios meses, dijo.
Por su parte, María Eugenia Engelberger, también bibliotecaria de la Comercio Nº1, señaló que les propusieron a los alumnos que entre todos se pongan de acuerdo y elijan un deseo para expresar, y sobre todo le explicamos la importancia de creer, perseguirlo y trabajar para alcanzarlo.
Consultada sobre la experiencia del trabajo conjunto, Engelberger afirmó: Nos asombramos, los chicos son fuente de frescura y sus deseos son muy solidarios, siempre con una mirada hacia el prójimo. Elonce.com