Paraná Luego de la polémica

Levantaron tramo de bicisenda en el Parque Urquiza de Paraná

En el Parque Urquiza faltan los ladrillos amarillos que habían colocado desde la plaza Bolívar hasta la casa del Arzobispado. Los fines de semana se utiliza como estacionamiento de rodados.
Los ladrillos amarillos que señalizaban un tramo de la flamante bicisenda ya no están más. El carril que iba desde la plaza Bolívar (en San Martín al final) hasta el frente de la casa del Arzobispado fue levantado en la semana.
Si bien desde que comenzaron a colocarla se armó un revuelo muy grande, sobre todo en las redes sociales con los comentarios de los automovilistas, ahora nadie sabe muy bien qué fue lo que sucedió.

Uno intentó hablar ayer con Guillermo Federik, pero el secretario de Planificación se excusó por estar compartiendo un momento familiar. Ahora lo más importante será saber qué es lo que pasará con el proyecto que estuvo mal pensado desde el primer momento.
Por ejemplo, en las ciudades que buscan ordenar el tránsito y tratar de solucionar la contaminación ambiental ya no hablan más de bicisendas. Hoy las metrópolis más importantes se mueven por ciclovías que se vinculan con el sistema de transporte público.

En Rosario, la semana pasada, se conoció la puesta en marcha del sistema de bicicletas públicas para movilizarse por el macrocentro de la ciudad santafesina.
El diario La Capital publicó un informe en donde se anunció la compra, por parte del Ente de la Movilidad (un organismo que depende de la Municipalidad) de 480 bicicletas. La inversión será de 2.551.000 pesos y en forma paralela, el 29 de agosto está prevista la apertura de sobres de la licitación para la provisión e instalación de las estaciones y el software que permitirá su funcionamiento. Los trabajos, en total, tienen un presupuesto de 10 millones de pesos.

A fin de año se pondrán en marcha cuatro estaciones de prueba y tienen la idea de habilitar unos 18 espacios en donde alquilarán los rodados a un precio similar al boleto de colectivo.
El proyecto se completa con la ampliación de la red de bicisendas para garantizar los traslados entre las estaciones.
Mientras los ejemplos se multiplican en ciudades vecinas como Santa Fe, en donde desde hace cuatro años están las bicicletas públicas gratuitas, en Paraná comenzaron con un proyecto que desde el primer momento estaba mal planteado. La senda se hace pegada a la vereda sobre la mano izquierda. En el Parque Urquiza se comenzó a montar sobre la derecha. Los últimos domingos, los espacios se convirtieron en estacionamientos de autos y motos en la zona del Patito Sirirí.
El segundo tramo, que ya no existe, seguía por el sector derecho de la calzada, pasaba frente a la plazoleta Bolívar y trepaba hasta la casa del Arzobispado.
La verdad es que, sobre todo los motociclistas, pasan a toda velocidad y muy cerca de los ladrillos. Los automovilistas se quejaban porque el espacio que quedaba para circular era muy estrecho y como todos aceleran, también era muy riesgoso.

Imposible
La mamá que aparece en la foto, de espaldas, ayer tuvo intensa experiencia. Cruzar caminando con el cochecito y su bebé.
Siempre pasa lo mismo, si bien han arreglado algunas veredas, en todo el Parque Urquiza se hace muy difícil caminar.
En amplios sectores del paseo hay una sensación de abandono. Muchas de las escaleras están destrozadas y esperar cierta “accesibilidad” es una quimera.
El Parque Urquiza y la Costanera Baja parecen estar destinados para que los únicos que pueden disfrutar son los que tienen medios de transporte motorizados privados.
El que esté en desacuerdo con esta afirmación que intente hacer el recorrido, sobre todo acompañados por niños.
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