Los carismáticos son un grupo de la Iglesia Católica que se formó hace casi 50 años, después del Concilio Vaticano II y no siempre fue bien visto por la jerarquía.
Hasta el mismo pontífice argentino lo admitió cuando confesó: Yo decía: estos carismáticos... parecen una scola do samba.
En Paraná y en la región, un claro referente de ese movimiento es el padre Orlando Mattiassi, quien fue un pionero al fomentar esos grupos en la ciudad de La Paz, primero, y luego en la parroquia de Bajada Grande, en la capital provincial.
Qué es. El movimiento carismático es para predicar la palabra de Dios con poder espiritual, alabar a Dios, y reproducir las señales poderosas que Dios da a los hombres cuando tienen fe, definió Mattiassi en diálogo con El Diario. Luego, citó al Evangelio: Impondrán las manos a los enfermos y sanarán. Tomarán veneno y no les hará daño. Eso significa una enorme cantidad de poder.
Contó después que el movimiento carismático llegó a la Argentina a principios de la década del 70 y él arrancó con aquello en la ciudad de La Paz.
Tuve que luchar, aguantarme las risas y las bromas. Me decían loco y ahora todos los curas hacen lo mismo porque va la gente, señaló después.
¿Por qué se resistían?
Por desconocimiento y porque no saben discernir los tiempos de Dios. No saben descubrir lo que habla el Concilio Vaticano Segundo cuando se refiere a los carismas, claramente. La Iglesia, el documento sobre la constitución de la Iglesia dice que la iglesia está conformada por jerárquicos y carismáticos, así lo dice simplemente. El asunto es que los jerarcas tengan un espíritu fuerte, valeroso y dinámico.
¿Tuvo muchos problemas por ser carismático?
Me hicieron pequeños juicios. El obispo y cuatro sacerdotes más. Me preguntaron por qué yo hacía los seminarios grandes en el Club Echagüe o en otros clubes. Yo les dije porque está dicho en el Evangelio y en el Concilio Vaticano. Le toqué la mano al obispo y le dije: Monseñor, es la Iglesia vieja que no quiere morir.
¿Cuándo comenzó?
Empecé en La Paz y me trajo problemas. Monseñor Tortolo me echó de La Paz, en vez de conversar con nosotros, los sacerdotes. Había un cura que estaba molesto porque yo convocaba gente, la gente iba a misa y él se ponía furioso. Ese sacerdote está muerto y rezo por él. (Tortolo) en vez de llamarnos a los tres que éramos me dijo te vas a ir de La Paz. Estuve cuatro meses rondando por las casas de mis familiares. Era una vergüenza. Pero el Señor me profetizó que iban a ser 40 días. El 3 de abril entré acá (a la Parroquia de Bajada Grande). Vine con toda la pólvora seca.
Estas palabras del Papa, ¿son una reivindicación?
Me siento recontra reconfortado con el Papa. Me da un espaldarazo de oro porque dice cosas que yo vengo repitiendo hace 40 años.
Opiniones. Mattiassi recordó que el ahora pontífice tenía antes una opinión totalmente diferente sobre el movimiento carismático.
El Papa dio el testimonio de que antes él creía que eran todos unos locos y en un gran encuentro en el Luna Park, entre católicos y evangélicos, el fue. Ahí oraron y se convirtió de un obispo quieto a un obispo dinámico. Y ya se ve como está revolviendo el mundo. Ese es el Espíritu Santo que obra, afirmó.
¿Espera otros cambios en el pontificado de Francisco?
El tema del casamiento de los sacerdotes. Yo creo que se va a hacer ese tema. Hay una injusticia. Los sacerdotes anglicanos son iguales a nosotros porque tienen la misma ordenación que los católicos, son verdaderamente sacerdotes. Muchos sacerdotes anglicanos, por diferencias con su Iglesia, pidieron entrar a la Iglesia Católica y lo hicieron con su mujer e hijos, todo bien protegido. Pero es una injusticia porque perdemos centenares de sacerdotes muy capaces, fervorosos, que se enamoran como cualquier hijo de Dios.
¿Qué opina de la comunión a los divorciados?
Yo se la doy. A los que tienen una familia organizada y ya armada, que viven bien, les tengo que dar la comunión. El Papa dijo una cosa que nosotros los sacerdotes leemos, una oración que se reza antes de comulgar en la misa, cuando se dice que sea para remedio. El Papa dice: los sacramentos no son un premio, son un remedio. Con verso, y todo (se ríe).
