Paraná Galas del Río, una iniciativa para elogiar e imitar

La música abre, en La Paz, un camino hacia el futuro

Músicos de renombre internacional se reúnen esta semana en La Paz para participar de la primera edición del Festival Galas del Río. Ezequiel Spucches, organizador del encuentro, detalló aspectos de esta iniciativa de magnitud.
Desde el viernes pasado y hasta el próximo domingo, La Paz es sede de un acontecimiento artístico cultural al cual puede adjudicársele la calificación de excepcional. Se trata del Festival Galas del Río. El encuentro —que configura un formidable acontecimiento cultural, artístico y educativo— reúne, por estos días, a calificados exponentes del arte musical de renombre internacional en esta ciudad entrerriana.
La iniciativa, generada por pasión y vocación y a puro pulmón por Ezequiel Supches, persigue objetivos diversos, todos loables.
El festival —que es de esperar continúe y se establezca como un acontecimiento anual en La Paz— surgió por inquietud del talentoso pianista oriundo de esa ciudad. Radicado desde hace más de una década en París, Spucches está en contacto permanente con el efervescente panorama cultural francés. Un hecho menor, apenas una anécdota, lo llevó repentinamente un día a contrastar la realidad que apreciaba diariamente en Europa con lo que acontece en su terruño natal. Tomar conciencia del desfasaje entre uno y otro sitio resultó movilizador y motorizó la iniciativa del artista en el sentido de establecer un compromiso consigo mismo y la comunidad en la que vivió hasta su adolescencia para, al menos, intentar revertir una situación signada por un declive, lento pero sostenido en la materia. Y aportar su grano de arena en la construcción de un proyecto colectivo desde una perspectiva inclusiva.
Su esfuerzo resulta admirable además, ya que Spucches -junto a sus amigos y su familia- ha cargado sobre sí el peso esta responsabilidad. Un ejemplo que va más allá de la queja y el reclamo para instalar la posibilidad del hacer.
Luego de varios años de paciente y silencioso armado, el anhelo del pianista cristalizó en la realización de Galas del Río para el cual puso en juego todo su capital cultural y material. Contactos, amigos, experiencia, conocimientos, relaciones y antecedentes, junto a un grupo de compañeros de ruta —entre ellos sus colegas con los que conforma el Ensamble Alma Viva—, se enlazaron para dar forma a la idea.
El encuentro —de una magnitud poco habitual en la región y que con una perspectiva a futuro que tiene aristas vinculadas a la producción y el turismo— se extiende durante más de una semana y convoca destacados exponentes de diversas vertientes musicales. La aspiración de los organizadores es que pueda convertirse en una convocatoria de referencia.

Objetivos
Galas del Río tiene una dimensión pedagógica en dos niveles: primero, la serie de conciertos escolares tienen como objetivo otorgar a los niños de La Paz y zona la oportunidad de tener una experiencia directa de la música y del arte en general, con todo lo que a nivel de formación eso implica.
Spucches se refirió a diversos aspectos que involucra el proyecto, entre los cuales mencionó sus expectativas y razones que dieron nacimiento al festival.
—¿Cuál es el objetivo que persigue el encuentro desde lo educativo y en lo pedagógico?
—A mediano plazo quisiéramos formar un nuevo público, para lo cual Galas tendría que lograr perdurar, y ser un encuentro anual. Para mí formar un público significa darle los medios para poder elegir. Si constantemente se le impone a la gente un mismo tipo de música, una única manera de ver el mundo es muy difícil que a la hora de hacer una elección la persona pueda sustraerse a esa influencia única. Y al elegir no podrá hacerlo con libertad, porque está condicionado.
Humildemente, la experiencia que queremos darle a los chicos a través de un concierto o una exposición es eso, una apertura para que al menos se hagan preguntas y se sientan intrigados por conocer otros caminos de expresión.
Una vez escuché algo que me gustó de una maestra en Francia que preparaba a sus chicos para un concierto Satie, ella les dijo: “Tienen derecho a que no les guste, por supuesto, pero quiero que me puedan explicar porqué.”
Esta actitud ante el hecho artístico nos ubica de una manera completamente diferente. Por supuesto que lo ideal sería que estos interrogantes sean suficientemente numerosos y regulares para transformarse en cultura.
El segundo nivel pedagógico es quizás más evidente y directo, y está relacionado con la serie de clases de perfeccionamiento. Estas están dirigidas a jóvenes, y no tan jóvenes músicos, que quieren tener la posibilidad de profundizar un aspecto puntual de la técnica, el estilo o el repertorio de su instrumento. Además el contacto con otros y la posibilidad de una actuación pública al final de los cursos son experiencias muy enriquecedoras para aquellos que se lanzan en la profesión musical. En todo caso lo que intentamos es hacer converger las energías para crear una dinámica positiva. Por ejemplo el hecho de que los chicos en La Paz vean a jóvenes apenas más grandes que ellos tocar un instrumento debería funcionar como disparador para que se despierten inquietudes artísticas.
Todo lo que digo para el juicio o la elección estética puede aplicarse también a otros aspectos de la vida; cuanto más educado y sensible es un chico, más armas tendrá para poder elegir su futuro y cambiar las realidades que no le gustan.
—¿Quiénes están a cargo de los cursos?
—Además de los conciertos, hay previstos dos tipos de cursos. Por un lado las clases de perfeccionamiento instrumental en guitarra, violín, flauta, piano y música de cámara, con Pablo Márquez, Elias Gurevich, Mónica Taragano y yo. Estas clases son individuales. Vamos a recibir gente de Paraná y otras ciudades de Entre Ríos, y de Santa Fe, Córdoba, Buenos Aires, Bahía Blanca, Neuquén, Río Negro, Jujuy, San Juan, Chile... enumero porque no esperábamos tener tanta gente de lugares diversos la primera vez. Esta ha sido una de las grandes satisfacciones que tenemos de esta primera experiencia.
Por otro tenemos los talleres de música popular a cargo de Raúl Barboza, los días viernes y sábado próximos, con una presentación pública del trabajo el próximo domingo 6 por la noche. Estos talleres han generado mucho entusiasmo.

Horizontes
—¿Qué desafíos generó en los músicos la participación en el proyecto?
—Creo que la profesión musical necesita abrirse de manera significativa a este trabajo con el público joven. Sé que los ensambles que se presentaran en Galas se vieron confrontados al desafío de proponer un repertorio “clásico” a las escuelas, y eso los lleva a plantearse un montón de cosas con respecto a la situación de concierto, el contacto con el público. ¡Me parece que es muy interesante! Cada ensamble ha encontrado respuestas diferentes y harán propuestas diversas, uno trabajando con un director de teatro para agregar elementos de puesta en escena, otro a través de una visión más lúdica del concierto, otro desde la apertura a las referencias que los chicos manejan más fácilmente como el folclore o el rock, para de ahí ir hacia otros universos.
Yo veo lo que ocurre en Francia, donde la oferta de música y teatro para los chicos y jóvenes es inmensa. Me parece que es un ejemplo a seguir. El teatro para chicos allá está en la vanguardia de la creación contemporánea, las propuestas musicales son cada vez más elaboradas y de más nivel. Se ingresa así en un ‘círculo virtuoso´ en el cual el público, por la asiduidad con la que recibe estímulos diferentes, es capaz de apreciar mayor complejidad, y al mismo tiempo los artistas están obligados a afinar el mensaje para mantener vivo el interés. Ojala podamos de acá a unos años sentir que entramos acá en ese tipo de dinámica.
—¿Qué anhelos existen con relación al festival?
—¡Son muchos! El primero, que es una condición para cualquier otro, es que perdure. Que sea una verdadera ‘fiesta popular´. Que la gente de La Paz y de Entre Ríos en general lo sienta suyo y participe de manera activa. Hoy por hoy, no hay mejor apoyo para esto que el hecho de estar presente en al menos un concierto de la serie.
También me gustaría que sirva de punto de partida para proyectos estables como serian una escuela de música y un pequeño teatro que funcione durante el año. Y que sea una razón mas para venir a La Paz, generando así un turismo diferente, en el que la dimensión cultural ocupe un lugar preponderante.
Que podamos contar con la infraestructura y los medios financieros para tener una programación de gran nivel, variada y suficientemente interesante para que la gente de otros lugares del país se sienta atraída para realizar el desplazamiento.
Finalmente, que la idea de los conciertos escolares se propague y en otros lugares de la provincia haya iniciativas de este tipo. Ya tuvimos algunos ecos, espero que se concreten porque realmente vale la pena. Nosotros esperamos el año próximo poder ofrecer esto a 5000 chicos, porque por suerte las 3000 plazas que habíamos previsto para este año ¡han sido insuficientes! (El Diario).
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