Ante el incidente, la fiscalía ordenó que se efectuara el alcohotest, que terminó confirmando que el conductor tenía 1.22 gramos de alcohol de sangre. “No quiero hablar”, se limitó a decir el joven a los medios tras dar positivo.Cuando le dieron la pipeta, el conductor intentó soplar sin haberla introducido en el alcoholímetro. Tras el pedido de la agente de tránsito de que la metiera en el dispositivo el resultado arrojó positivo en 1.22 gramos de alcohol por litro en sangre, siendo 0,50 el máximo permitido.
Tras el resultado, la fiscalía dispuso labrar acta contravencional contra el conductor, de 35 años. También el vehículo quedó secuestrado y fue retirado por personal de Zona Verde del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires. Fuente: (Tn)